sábado, 23 de agosto de 2008

Noventa y ocho.


Mi madre sufrió una embolia (ictus, infarto cerebral, la verdad es que no sé muy bien cómo denominar al ataque) a mediados de octubre del año pasado. Desde entonces y con cortos períodos de muy, muy ligera mejoría, permanece casi paralizada del lado izquierdo de su ya anteriormente castigado con varias enfermedades (algunas imaginarias) cuerpo. Por culpa también un poco de su carácter, se ha convertido en una persona totalmente dependiente.

Mi hermana pequeña, que en los momentos más difíciles de la crisis adoptó una actitud a duras penas comprensible, con lo que consiguió que nos alejáramos no sólo de sus contradictorias decisiones sin apenas criterio sino también de su propia persona, es la única de las cuatro que tiene su residencia en la misma ciudad que mis padres, por lo que -y sobre todo después de unos duros enfrentamientos verbales- ha quedado un poco a cargo del día a día de lo que sucede en la casa familiar. Por su propia conveniencia, no quisiera que hubiera malas interpretaciones.

Ahora está de vacaciones con su marido a cientos de kilómetros de distancia y nosotras tres (las otras tres, a las que ella, en su infinita sabiduría y paciencia desprecia e ignora cuando siempre con anterioridad nos ha tenido rendidas a sus pies y sus problemas personales) nos estamos haciendo cargo, a pie de obra, pasando unos días, por riguroso turno y conectadas por teléfono, en la casa de mis padres, apoyando a las profesionales que se hacen cargo de ella a diario.

Ahora me toca a mí. He enviado a meri unos días extra con exposo y salgo dentro de un momento. Aunque creo que a mi padre los de teléfonica le han tangado y le han vendido el trío en lugar del dúo que él pidió, posiblemente no tendré el acceso a internet del que disfruto aquí. A pesar de eso, en algunas ocasiones y en determinados rincones de la casa se pilla la wifi de una biblioteca cercana, por lo que tampoco me quedaré del todo en blanco. Que tenga ocasión de escribir en red será otra historia. El protagonista en esas ocasiones suele ser el moleskine de turno. Que ya ha venido medio lleno de las vacaciones. Y que puede que en algún momento sea transcrito. Aunque también puede que no.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Animo y energía para afrontar esa tarea. Es duro entender que de haber sido cuidados por nuestros padres, nos convertimos en sus cuidadores...
Espero, que, al menos, te sientas apoyada en la distancia por el corazón de quienes te queremos.

servidora dijo...

"... y puede que... o puede que no... "

¡¡Ya te vale!!... que la gallega soy yo :-P Subscribo lo dicho por la brujilla. ¡Nos vemos/leemos! :-)

CarmenS dijo...

Te echaremos de menos, pero es algo que hay que afrontar con la conciencia de que se lo debemos a ellos, aunque en algún momento hubieran disensiones y sensación de incomprensión.
Estamos en el aire contigo, aunque no nos encuentre el ordenador.
Besitos

violetazul dijo...

Pues mucho ánimo y apoyo que te mandamos desde aquí...
Espero que la tarea se te haga todo lo llevadera que pueda ser posible.
Te esperaremos ansiosos!
Besos

mjromero dijo...

Ánimo y mucho cariño, las personas dependientes necesitan mucho cariño, aunque tengan un carácter difícil y tú necesitarás mucha paciencia, mucha, piensa que tú sólo pasarás unos días..., tienes bastantes recursos...cuando te leo veo mucha imaginación y en estos casos, aunque parezca una tontería, ayuda.
Suerte con el wifi...
un abrazo.

dudo dijo...

Ánimo y paciencia, mucha paciencia... no dejes de cuidarte tú, aunque sea un poquito. Te metes al baño un minuto y haces como Miguelito, el de Mafalda: te abrazas para estar un ratito con tu corazón.
Buena suerte...

neoGurb dijo...

Qué duro. He conocido de primera mano durante los últimos años una situación así, y sé hasta qué punto la familia se agrieta y se separa. Pero por otra parte, este tipo de cosas es el que nos pone en evidencia ante los demás: nuestros egoísmos, neuras y auténticas prioridades quedan a la vista de todos. Lo bueno es que ese todos también nos incluye a nosotros mismos.

Anónimo dijo...

Paciencia y mucho ánimo para estos días difíciles.

Un beso